La alarma nuclear en Japón aumetó luego de la tercera explosión que ha sacudido la central de Fukushima, esta vez en el reactor número dos, lo que llevó a las autoridades a reconocer, por primera vez, que podrían existir daños al registrarse una fuga de una cantidad indeterminada de material radiactivo.
Esta nueva explosión afectó la vasija o muro de contención del reactor, compuesta de acero y hormigón y con forma de bombilla que está diseñada para prevenir posibles fugas radiactivas. En las anteriores explosiones registradas en Fukushima la vasija que protege al reactor quedó intacta.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear, la deflagración de esta noche provocó una fuga de material radiactivo. La agencia Kyodo informó de que los niveles de radiación “superaron el límite legal” tras la explosión, anque no se sabe el alcance de los daños.
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